Sin duda, la pérdida de un ser querido es una de las experiencias más terribles a las que podemos enfrentarnos en nuestra vida. La muerte en sí misma es un misterio enigmático, pero está asociada al mal y al sufrimiento. Probablemente muchos se preguntan: ¿dónde está el Dios cuando todo a nuestro alrededor historia ¿una tragedia? Por qué Dios toma nuestro niños? Por qué Dios nos lleva próximo?

Una vez más, se trata de una cuestión que puede analizarse desde muchos ángulos. Muchas veces es difícil comprender este plan divino. En este caso, nos preguntamos por qué Dios nos aleja de la gente cuando menos lo esperamos? ¿O somos culpables de algo? En Dios ¿está enfadado conmigo? Este es definitivamente el enfoque equivocado. En momentos como éste, nos rebelamos contra El Sr. Dios.

En fe No puedes mirarlo de forma egoísta, sólo a través del prisma de tu propia persona. Hay que verlo de forma un poco más amplia. La fe debe verse como un acto de gracia que nos llega cada día.

Confiar en DiosMientras confiamos en sus planes, debemos recordar que estamos en esto para bien o para mal. La muerte no está destinada a ser para nosotros castigo. A veces la muerte es el resultado del libre albedrío, que se ha dado a todas las personas, incluso a las que tienen malas intenciones y son capaces de quitar la vida a los demás. ¿Qué pasa cuando Dios ¿se lleva a los niños para sí mismo? También este aspecto debe considerarse en términos de una fe permanente en lo divino.

Por supuesto Dios No nos exige que nos libremos por completo del sufrimiento. El Señor nos experimenta con tales acontecimientos y da testimonio de ello divinamente. Pero no olvidemos su bondad y misericordia. Aunque nos encontremos en una situación desesperada, una situación sin salida, tenemos el derecho sufreTenemos derecho a estar insatisfechos. Lo único que Dios quiere de nosotros, es una constante fe en Él y en sus capacidades.

El Señor nos acostumbra a que la muerte es inherente a nuestras vidas y la muerte se ve como un mal sólo aquí en la tierra. Personas de fe permanente, personas que desean misericordia después de la muerte, experimentan algo sorprendente, que es la vida eterna a nuestro lado El Sr. en el cielo. Este es el mayor premio que puede ocurrirle a un cristiano. Por lo tanto, debemos constantemente esforzarnos por reconciliarnos con el Señor, independientemente de los inconvenientes que experimentemos en nuestra vida terrenal. Para nosotros, como ordinarios seres vivos este es un gran juicio. Pero somos constantemente apreciado y recompensado.

Momentos Las dudas y debilidades son humanas. Pero es importante recordar que siempre podemos contar con la gracia de Dios, que constantemente que nos rodea. Por tanto, encontremos en nosotros la fuerza para confiar en el Señor, incluso en las situaciones de mayor dolor y crisis que es la muerte de un ser querido.

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