¿Es la manifestación un pecado? El hombre es considerado el ser más perfecto creado por Dios. Como la única de todas las criaturas, hemos sido dotados de razón y libre albedrío. Esta singularidad conlleva ciertas obligaciones. Dado que poseemos la razón y somos capaces de tomar decisiones conscientes, somos plenamente responsables de sus consecuencias.

Dios le dio al hombre una razón para usarla. Por lo tanto, no usar la razón es un pecado. El hombre, como ser pensante, debe aprender a distinguir entre el bien y el mal. Evidentemente, la señal que Dios ha dejado a las personas para ayudarles a tomar decisiones correctas es una Decálogo.

Que una manifestación sea un pecado depende de la causa por la que nos manifestamos. Manifestarse en defensa de los valores cristianos; en defensa de los derechos, de la libertad y de la dignidad de los demás, se considera siempre una buena acción. El problema surge cuando nos manifestamos en defensa de valores incompatibles con el catolicismo. Entonces puede ser tratado como un pecado. El hecho de que una manifestación sea un pecado depende de nuestras intenciones. Si actuamos por motivos correctos y moralmente justificados, no se puede hablar de pecado.

Por otro lado, sí podemos calificar de pecado el hecho de manifestarse por los propios beneficios, a menudo primitivos y vacíos. Una manifestación debe realizarse siempre en defensa de otra persona o de grupos sociales enteros. No debe contradecir el interés general. Manifestarse por los propios intereses es una manifestación de hubris i codicia.