Una buena preparación para el sacramento de la Penitencia implica examinar qué pecados puedes tener. Vale la pena volver a esta cuestión una y otra vez, trabajando constantemente en la propia personalidad, en el dominio de la tentación y en la comprensión del núcleo de la vida cristiana. Por lo tanto, hay que tener cuidado de que esta lista no sea un elemento repetitivo, duplicado sin sentido y recitado de memoria cada vez que uno se reúne con un confesor.

En primer lugar, conviene recordar que la Santa Confesión tiene lugar antes de Por Dios. El creyente viene a pedir la absolución y la penitencia, contrito, lleno de responsabilidad por sus propios actos y con el deseo de mejorar. Por lo tanto, la lista de pecados que hay que confesar no es en absoluto un mensaje universal. Durante la preparación para la Primera Comunión, cada niño Tiene el "Tesoro" en sus manos. En él, además de las oraciones, se pueden encontrar muchas pistas sobre los pecados leves y graves. Es bueno volver a este pequeño libro muchas veces en la vida adulta, para buscar las propias debilidades y analizar la vida cotidiana entre las confesiones. La pereza, maridajeEl olvido de la misa, la mentira, la violencia y muchas otras cosas negativas en nuestras vidas requieren confesión. Pero para cada persona esta "lista" de cosas indignas es diferente, individual.

Uno de los mayores errores que puede cometer una persona al recibir el sacramento de la Penitencia es hacer una lista de pecados para la confesión de forma apresurada, a menudo mientras ya está hablando con el sacerdote en el confesionario. Mientras tanto, es razonable incluso escribirlas de antemano, discutirlas con uno mismo, buscar posibles soluciones Sin embargo, antes de la absolución y, sobre todo, un sentimiento de profundo arrepentimiento relacionado con todas estas transgresiones.

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